La digitalización demanda un esfuerzo en la formación de los colaboradores de una organización. Es por esto que las condiciones de acceso al conocimiento son un factor clave para posibilitar una evolución digital.
El desarrollo hacia la digitalización de una empresa requiere, desde luego, herramientas técnicas e implementación de dispositivos. Pero también, y principalmente, de un cambio cultural y del aprendizaje de gran parte de los empleados. Suministrar a los colaboradores de una organización los conocimientos necesarios para poder aprovechar el soporte tecnológico de forma productiva es un trabajo arduo y requiere de un constante seguimiento.
La llegada de una nueva tecnología siempre genera diferentes reacciones en el personal de una organización. Desde expectativas relacionadas a soluciones mágicas, pasando por la resistencia al cambio e incluso el rechazo de parte de colaboradores que prefieren no abandonar su zona de confort.
El desafío es, entonces, preparar a las personas para adaptarse a una nueva realidad, facilitándoles las herramientas para apropiarse de la digitalización. De este modo se posibilita que el staff pueda sacar provecho de la innovación. Aquí entra en juego la planificación de la formación de quienes estarán a cargo del proceso de digitalización.
La empresa que provee la digitalización debe colaborar activamente con el proceso educativo de los usuarios. Es necesario que ponga a disposición sus herramientas y profesionales para conseguir la mejor y más rápida adaptación de las personas, aprovechando toda la experiencia que poseen en las implementaciones tecnológicas en otras empresas.
En esta misma lógica, el proveedor de tecnología debe brindar una experiencia de aprendizaje que agilice la apropiación de la tecnología por parte de los usuarios, dando paso así a un retorno de la inversión mucho más rápido para el cliente.
El conocimiento es un activo esencial y una parte indispensable de la transformación digital, ya que es la base que permite obtener rédito de las innovaciones a incorporar. Por ello, encontrar la mejor forma de transmitir estos conocimientos es un factor estratégico para los proveedores de soluciones tecnológicas.
La simplificación, organización y estandarización de los procesos de aprendizaje posibilitan que, tanto quien imparte la formación como quien la recibe, pueda aprovechar al máximo el tiempo y hacer más eficiente todo el proceso.
En este sentido, por ejemplo, la organización de este conocimiento en sesiones de capacitación sincrónicas y asincrónicas, es decir, en tiempo real o a través de contenidos bajo demanda, le permite a los usuarios administrar su tiempo de manera más eficiente y flexible.
Sin embargo, para que estas herramientas funcionen deben contar con un alto grado de compromiso de parte de la organización que desea implementar la nueva tecnología y del personal involucrado. Es fundamental que los colaboradores no solo estén convencidos de los beneficios que puede traer la digitalización, sino que también sean conscientes de la necesidad de prepararse correctamente para ponerla en práctica.
En definitiva, la transferencia del conocimiento sobre el uso de las herramientas digitales es una parte fundamental de su implementación y un componente sin el cual no es posible que se concrete la innovación. Esto es de vital importancia tanto para los proveedores de soluciones de transformación digital, que deben brindar la mejor experiencia de aprendizaje posible, como para las empresas que abrazan este proceso, que necesitan involucrar a los usuarios en este compromiso para producir una evolución digital efectiva.
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